Hace unos días se conocieron a través de los medios masivos de todo el mundo, algunas citas contenidas en un informe filtrado del IPCC, aparentemente perteneciente (según el mismo IPCC) al informe del grupo II para el AR6 (Sixth Assesment Report) que será publicado en Febrero del 2022 .
Para los que venimos siguiendo los temas de cambio climático con espíritu crítico no nos sorprenden demasiado estas afirmaciones, pero leerlo en un informe del IPCC (organismo bastante conservador y lento), en forma tan clara, provoca un poco de estupor adicional.
Mientras tanto, gobiernos y grandes empresas presumen de sus promesas de llegar a zero neto para 2050. Estas promesas tienen varios problemas:
- Son solo promesas. No hay compromisos vinculantes, nadie puede reclamar concretamente nada si estas promesas no se cumplen, o se cumplen en forma parcial o tardía.
- Los vagos planes para alcanzar los objetivos plantean falsas soluciones, o por lo menos soluciones muy parciales. El cambio sistémico necesario no está en ningún plan. Con lo cual, aún cuando se cumplan las promesas, el resultado puede ser un rotundo fracaso, ya sin tiempo de cambiar estrategias.
- En pocos casos se plantean metas temporales precisas en el largo trayecto a 2050, salvo las mezquinas y confusas NDC (Contribuciones nacionales determinadas) que plantean algunas metas de reducción a 2030. Pero aún en esos casos, no está claro como se va a llegar: no es lo mismo reducir fuertemente en los primeros años y luego estabilizar, que mantener emisiones en un nivel alto durante muchos años y luego intentar un descenso rápido. La diferencia de emisiones netas de los dos caminos es muy grande.
[Nota en elaboración]