Aunque los gobiernos del mundo no lo digan claramente, y la mayor parte de la población no lo entienda o no lo quiera aceptar, la humanidad se dirige hacia un colapso energético y climático, que también será ecológico, económico y social. Estamos en un rumbo completamente insostenible de crecimiento poblacional y de consumo, de contaminación, de calentamiento global acelerado, de destrucción ecosistémica.

Hay dos grandes fuerzas que moldearán nuestro futuro como especie en este planeta: la acción humana, y la evolución del sistema biofísico del planeta. En general se piensa erróneamente que la principal fuerza a futuro es la acción humana, que tenemos el control y podemos cambiar el rumbo, pero se desconoce el comportamiento del planeta a futuro teniendo en cuenta el gigantesco deterioro y desequilibrio que ya hemos generado, básicamente en los últimos 200 años, pero más concretamente en los últimos 50.

Lamentablemente las dos grandes fuerzas están jugando en contra de nuestro futuro: la acción humana sigue claramente en el rumbo de destrucción de nuestro planeta, y la tendencia del sistema biofísico es a realimentar los problemas e impactos, y a superar puntos de inflexión que nos llevan a cambios irreversibles y a escenarios catastróficos.

Con lo cual tenemos que realizar grandes cambios para intentar mitigar los peores efectos del cambio climático y de la destrucción ecosistémica, pero también debemos planificar estrategias de adaptación a todo nivel para prepararnos frente a los cambios que ya están ocurriendo y que sin duda se se agravarán a futuro.

Pero los cambios sistémicos profundos necesarios están siendo ignorados, se plantean estrategias de cambios parciales que no solucionarán los problemas de fondo, que inclusive se encontrarán con muchos obstáculos que son minimizados.

La transición energética hacia una matriz energética mas limpia y renovable es extremadamente compleja, con efectos no contemplados, y aunque se logre, no solucionará el problema sistémico, solo reducirá en parte los impactos del cambio climático.

Con lo cual hay dos aspectos que se deben sumar al análisis: el escenario de una transición fallida, y el escenario de un cambio climático realimentado y acelerado aunque se logren avances en la transición energética.

En este contexto, las empresas como actores importantes del sistema económico, deben tener una estrategia que contribuya a la mitigación real y urgente de los problemas, pero también que logre una adaptación a los riesgos que se le presentan y presentarán a futuro.

Por eso la misión de Climategy es colaborar con las empresas en la redefinición estratégica teniendo en cuenta los desafíos energéticos y climáticos que se presentarán cada vez con más fuerza.